
Reflexiones sobre la ética y la práctica publicitaria.
La publicidad se ha convertido en uno de los instrumentos explicativos y legitimadores de la sociedad del conocimiento Hablar sobre ética y publicidad es una asignatura pendiente ya que las personas juzgan la práctica publicitaria de forma ambivalente. O porque se limitan a criticar el contenido del anuncio o porque no se tiene en cuenta la corrupción y frivolidad de la vida social. Por ello la actualidad de la comunicación exige al investigador y al profesional un planteamiento más profundo sobre el papel de la ética en la sociedad del conocimiento. Hoy en día la gente no se cree los anuncios ya que estos no tienen valor de referencia y, al mismo tiempo, existe escepticismo respecto a la veracidad de los medios. Esto puede deberse a que los géneros audiovisuales se han difuminado y mezclado, de forma que la publicidad se ha convertido en un instrumento de comunicación presente en todos los medios, llegando incluso, a veces, a condicionar el contenido de éstos. A causa de esta invasión de la publicidad, ésta ha irrumpido en la vida de las personas de una forma no siempre correcta (product placement, espectáculo-realidad tipo GH…). Teniendo en cuenta lo anterior, no es disparatado afirmar que la publicidad influye en el conocimiento y la percepción que de la realidad tienen las personas. De ésta forma, introduce nuevos valores que han transformado nociones ya existentes en los campos de significado de la ética moderna. Es decir, la verdad ya no es verdad sino plausibilidad, la empiricidad (realidad) se ha convertido en espectáculo como Gran Hermano, la certeza se ha transformado en probabilidad y la permanencia en cambio.
Resumen del capítulo “7 Reflexiones sobre la ética y práctica publicitaria” de Juan Benavides Delgado en “La comunicación: industria, conocimiento, profesión” editorial Edipo, 2003
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